Existen empresarios que acaban convirtiéndose en verdaderos maestros de la franquicia. Después de iniciar una franquicia con una compañía y comprobar que les va bien, aprovechan para invertir en otra enseña. Poco a poco, van construyendo un pequeño imperio de franquicias famosas que empieza a reportarle jugosos beneficios.

Evidentemente, no es posible conseguir esto cuando el emprendedor tiene que estar al frente de la franquicia e, incluso, realizar una jornada laboral a tiempo completo, desempeñando algún cargo de supervisor o jefe que le obligue a estar presente allí.

Por contra, ha de ser un tipo de inversor o emprendedor cuya principal fuente de ingresos no es la franquicia que está emprendiendo y pueda permitirse poner a una persona de confianza al frente de su negocio para dirigirlo.

Algunas personas no aspiran a convertirse en este tipo de inversor ya que, o bien no tienen suficiente capital como para delegar la dirección de su franquicia en otra persona, o bien no saben delegar tareas debido a la falta de confianza en la capacidad de terceras personas para llevar su negocio.

Sin embargo, el buen empresario sabe que es imprescindible delegar funciones para ganar dinero. Tampoco debe existir un grado de desconfianza tan alto ya que hablamos de un negocio validado en el mercado, con unos estándares que permiten obtener unos márgenes de rentabilidad.

En este sentido, la franquicia es el tipo de negocio ideal para aquel emprendedor que no quiere situarse al frente de la dirección de su propio negocio, sino gestionar varias franquicias a la vez. Una de las posibles fórmulas es esperar a que una de las franquicias esté produciendo beneficios y empezar a ahorrar para reinvertirlos en otra nueva.

Según publica Fashion Mag, el sector de la moda está experimentando una notable expansión bajo el modelo de franquicia. Las compañías que utilizan las franquicias como modelo de crecimiento se han convertido en el principal motor del sistema de franquicias en España.

El sector consiguió un volumen de negocio de 2069,4 millones de euros el año pasado, frente a los 2.065,9 millones que obtuvieron en 2013.

Al finalizar el año 2014, las franquicias de moda subieron su facturación en 3,5 millones de euros. Además, se abrieron hasta 367 establecimientos más que en el año anterior, lo que generó 1.200 nuevos puestos de trabajo.

Actualmente hay 204 redes de franquicias en el sector de la moda, lo que quiere decir que hay 12 nuevas marcas trabajando en esta actividad. En lo que se refiere a los subsectores, la moda femenina cuenta con 60 redes, los complementos 49 y la moda infantil y juvenil dispone de 34 redes.

Las firmas de moda españolas que operan bajo el modelo de franquicias lideran también la presencia española en el exterior. Actualmente hay 76 redes de franquicias operando en 111 país, donde se dispone de 8.950 establecimientos.

El modelo de franquicias ha cambiado el paisaje urbano de las grandes ciudades. La caída del consumo ha dado lugar a que muchos compradores se decanten por marcas más conocidas y competitivas a la hora de efectuar sus compras. España empieza a aproximarse a modelos como el de Estados Unidos, en el que casi la mitad de los negocios son franquicias.

Según valoró el consejero delegado del Grupo Vips en España, Enrique Francia, España llegará a alrededor de 35% de franquicias en los próximos años, el doble de las que hay actualmente. Esto tiene unas consecuencias directas sobre el empleo.

Las franquicias han creado alrededor de un 5,5% de puestos de trabajo en un período económico en que la tasa de paro crecía. Además, el descenso de la facturación durante los últimos años fue de un exiguo 0,5%, mucho más bajo que en otros modelos de empresa.

El crecimiento de las franquicias ha sido de un 37% en los últimos 6 años y los establecimientos han aumentado un 9%. Se trata de un período de auge que confirma el avance de la franquicia en España.